Transcurre el año 1974 en Caracas, una tarde cualquiera en los límites entre las Parroquias la Pastora y Altagracia, Esquinas de Amadores, Cardones y Toro, una larga cola de carros bajaban para buscar la salida hacia la Av. Urdaneta, muchachos jugando entre los carros pelotica e´ goma, otros conversando y compartiendo, gente viene gente va, y mucho, mucho pelo!! A lo lejos la música en los carros se mezclaba, el Gran Combo con Led Zeppelin y Nicola di Bari, pero…
El sonido de un piano en vivo se destacaba, dirigí la mirada hacia el final de la cola varias veces ya que me llamó la atención, a medida que avanzaba la cola, se escuchaba mas claro, me fui acercando hacia el sonido y ya casi llegando a la esquina de Toro me quedé atónito al ver a un hombre tocando un piano de pared amarrado en la parte trasera de un camión enorme, ya frente a el, la sorpresa me causó gran impacto, reconocí a Gerry Weil, inmediatamente, mi primera reacción fue llamar a los muchachos y luego corrí a buscar mi bongó y otros cargaron con las tumbadoras, Gerry me invitó a montarme en el vehículo, esta insólita situación duró aproximadamente 10 minutos, nos comunicábamos con sonrisas y disfrutamos de la magia y espontaneidad del momento al máximo, amigos, vecinos y familiares disfrutaron la ocasión, cuando llegamos a la esquina siguiente me bajé, me despedí y le pregunté para dónde vas? Gerry me contestó: me voy pá Mérida! Chao pana!
Años después a su regreso, recomendados por Eduardo Dávila (el papa de Prisca), Ricardo Roberto Culebra y yó recibimos clases de música con este maestro, le recordé el suceso de la mudanza y lo revivió con mucho agrado, estaba recién regresando de Mérida, aprendí mas en un mes con el que en tres años en el conservatorio, me sentía realizado, notables músicos como Ezequiel Serrano Calderón asistían a su casa a recibir constante conocimiento, nos comento que necesitaba un pizarrón porque la plantilla de alumnos aumentaba, a la semana siguiente le di una sorpresa, le regalé un pizarrón especial para música con su pentagrama hecho con mis manos, elaborado con la puerta corrediza de un baño restaurada, un trabajo impecable, con total solidaridad y agradecimiento hacia mi mentor. Años después el 24 de Abril de 2004 nos volvimos a ver en el homenaje a Vytas Brenner por su desaparición física donde ambos tocamos, estaba también presente el antes nombrado amigo Ezequiel, lo saludé con la energía de quien se reencuentra con viejos amigos, pero con modo displicente me hizo saber que no se acordaba de mi…insistí… le recordé las anécdotas del camión, el pizarrón …y muy a la Caraqueña me dijo con fastidio ”no puedo acordarme de todos los alumnos que he tenido”………ya no insisti mas me quede mudo por un rato, tuve que hacer un gran esfuerzo para concentrarme y rendir en nuestro compromiso, ya que abríamos el evento, pero lo confieso, toque confundido y disperso, que mala nota...
Después de tanto tiempo aun me inquieta lo sucedido y sigo buscando respuestas, lo primero es considerar el padecimiento de alguna enfermedad, pero de no ser así estoy convencido por experiencia propia que Un maestro de vocación no olvida a sus discípulos, en esta nueva etapa de mi vida como profesor llevare tus enseñanzas Gerry, en lo bueno y también en lo malo
Esa misma tarde en la Galería de Arte Nacional, la vida me compensó con la amistad del fallecido percusionista Venezolano Eliazar Yánez, en nuestro país pionero en el estudio de los tambores del Japón, comenzaría a estudiar con el para preservar su legado de conocimiento, la iniciativa fue truncada por la llegada inesperada de su muerte.
Gerry Weil. Pianista Austríaco- Venezolano, baluarte de nuestra música, del jazz y géneros como la fusión y latino, residenciado en los 70 en la parroquia La Pastora decide mudarse a Mérida para alejarse del bullicio y el show business caraqueño, el día que se mudó me tocó vivir esta inolvidable experiencia.
El sonido de un piano en vivo se destacaba, dirigí la mirada hacia el final de la cola varias veces ya que me llamó la atención, a medida que avanzaba la cola, se escuchaba mas claro, me fui acercando hacia el sonido y ya casi llegando a la esquina de Toro me quedé atónito al ver a un hombre tocando un piano de pared amarrado en la parte trasera de un camión enorme, ya frente a el, la sorpresa me causó gran impacto, reconocí a Gerry Weil, inmediatamente, mi primera reacción fue llamar a los muchachos y luego corrí a buscar mi bongó y otros cargaron con las tumbadoras, Gerry me invitó a montarme en el vehículo, esta insólita situación duró aproximadamente 10 minutos, nos comunicábamos con sonrisas y disfrutamos de la magia y espontaneidad del momento al máximo, amigos, vecinos y familiares disfrutaron la ocasión, cuando llegamos a la esquina siguiente me bajé, me despedí y le pregunté para dónde vas? Gerry me contestó: me voy pá Mérida! Chao pana!
Años después a su regreso, recomendados por Eduardo Dávila (el papa de Prisca), Ricardo Roberto Culebra y yó recibimos clases de música con este maestro, le recordé el suceso de la mudanza y lo revivió con mucho agrado, estaba recién regresando de Mérida, aprendí mas en un mes con el que en tres años en el conservatorio, me sentía realizado, notables músicos como Ezequiel Serrano Calderón asistían a su casa a recibir constante conocimiento, nos comento que necesitaba un pizarrón porque la plantilla de alumnos aumentaba, a la semana siguiente le di una sorpresa, le regalé un pizarrón especial para música con su pentagrama hecho con mis manos, elaborado con la puerta corrediza de un baño restaurada, un trabajo impecable, con total solidaridad y agradecimiento hacia mi mentor. Años después el 24 de Abril de 2004 nos volvimos a ver en el homenaje a Vytas Brenner por su desaparición física donde ambos tocamos, estaba también presente el antes nombrado amigo Ezequiel, lo saludé con la energía de quien se reencuentra con viejos amigos, pero con modo displicente me hizo saber que no se acordaba de mi…insistí… le recordé las anécdotas del camión, el pizarrón …y muy a la Caraqueña me dijo con fastidio ”no puedo acordarme de todos los alumnos que he tenido”………ya no insisti mas me quede mudo por un rato, tuve que hacer un gran esfuerzo para concentrarme y rendir en nuestro compromiso, ya que abríamos el evento, pero lo confieso, toque confundido y disperso, que mala nota...
Después de tanto tiempo aun me inquieta lo sucedido y sigo buscando respuestas, lo primero es considerar el padecimiento de alguna enfermedad, pero de no ser así estoy convencido por experiencia propia que Un maestro de vocación no olvida a sus discípulos, en esta nueva etapa de mi vida como profesor llevare tus enseñanzas Gerry, en lo bueno y también en lo malo
Esa misma tarde en la Galería de Arte Nacional, la vida me compensó con la amistad del fallecido percusionista Venezolano Eliazar Yánez, en nuestro país pionero en el estudio de los tambores del Japón, comenzaría a estudiar con el para preservar su legado de conocimiento, la iniciativa fue truncada por la llegada inesperada de su muerte.
Gerry Weil. Pianista Austríaco- Venezolano, baluarte de nuestra música, del jazz y géneros como la fusión y latino, residenciado en los 70 en la parroquia La Pastora decide mudarse a Mérida para alejarse del bullicio y el show business caraqueño, el día que se mudó me tocó vivir esta inolvidable experiencia.
Eric M.