Cuando mi papá hablaba de iniciar un nuevo negocio esta práctica recurrente producía en mi mamá una respuesta corporal que incluía la manera de sentarse y un un gesto que era una mezcla de asombro, sonrisa y cariño, matizada por pinceladas de optimismo, una máscara para cubrir lo que realmente sentía, y que por lo visto solo yo entendía, el no se daba cuenta, mi papá hablaba con mucha convicción de su nuevo proyecto. Emiliano dijo: este si es el negocio!! Ahora si!!!
Crecí bajo el cuidado de mi Madre con la premisa típica "No quiero que mis hijos pasen por lo que me tocó vivir" por lo tanto la ingenuidad no me fue arrebatada fácilmente, mi imaginación era una cápsula donde todo era posible, esta historia real, la percibí con esta visión de aventura y juego desde su inicio y sobre la marcha, ahora la revivo y expresó desde el enfoque de un niño, encontrando también en ella algo de humor.
Una mañana me dirigí al inmenso patio de mi casa, a lo lejos escuché algo inusual, los extraños sonidos me fueron guiando hasta llegar a uno de los niveles del patio para encontrarme con la sorpresa de 200 gallinas y un gallo, esta invasión se realizó mientras dormía, sin mi consentimiento, y en “mi” patio, tenía 7 años y estaba muy claro de mis derechos, tome acciones inmediatas, lo primero fué hacerles entender quién era yo, el hijo del que las había comprado por lo tanto a partir de ese momento seria su Capataz, he dicho!.
Fueron días de intenso trabajo, evalúe y comprobé rápidamente un mínimo de inteligencia en estos raros, ruidosos y nerviosos especímenes gallináceos, les tracé una línea limítrofe de tierra y respeto que deberían acatar a la hora de realizar los primeros ensayos que realizaba en ese mismo terreno por la sencilla razón de que después de ver al percusionista Pauliño Dacosta con Sergio Méndez en Venevisión quede impactado y decidí iniciar mi carrera como músico percusionista, monte mi set de tapas de ollas, latas de leche, tobos, poncheras cabillas, y demás perolitos que guindaba en unas estructura hecha con palos, repito no fué fácil, ensayar y controlar a estas gallinas, imagino se debe parecer a organizar el Miss Venezuela, pero al final terminaron obedeciendo y se mantuvo el orden por unos días, se llevaron a cabo inevitables castigos que por respeto a los lectores no daré detalles pero que ayudaron a entender las reglas.
Otra mañana una semana después me dirigí a mi campo particular de entrenamiento, noté una actitud diferente a lo ya implantado, había desorden, confusión, el gallo al que había ignorado por días, se paró frente a mí desafiante, le participé y advertí que declinara su actitud, tomé un rama de bambú y lo empujé, este se lanzó hacia mí lanzando picotazos logrando hacerme daño ya que llevaba pantalones cortos, aclaro el uso de los mismos, no los usaba porque era un niño sino por mi trabajo de controlar a estas aves lo requería, me copie de Daktari, aclarado el punto, comencé a asustarme y esta vez el gallo sin yo provocarlo se me lanzó encima, una señal del universo me hizo saber que había llegado el momento de huir, corrí lo más rápido que mis cortas piernas podían, dos centenas de gallinas amotinadas sin "razón" venían por mí, en la huida tropecé con una piedra y salí rodando, luego de varias vueltas lo único que me frenó fue una cabilla que se clavó en mi cabeza, me paré aturdido y al pestañear mi visión comenzó a ponerse completamente en rojo, sangre a borbotones, entre gritos y regaños me llevaron al Puesto de Socorro ubicado entre las esquinas de Salas a Mercedes, a dos cuadras del suceso.
Las enfermeras que me recibieron y atendieron cayeron fulminadas por mi encanto natural, repitiendo como mil veces que era igualito al hijo de Daniel Bonne!!! luego de este bochornoso momento, me tomaron siete puntos de sutura, que no deben haber quedado muy bien hechos ni bien atados porque el Doctor o internista? que me atendió temblaba de risa mientras le contaba las razones de mi accidente laboral, actitud que aún considero poco responsable y menos profesional de su parte dada la gravedad del caso. El internista o Doctor? nunca supe, se alejó unos metros de la camilla donde estaba sentado, llamó a Gilda le dijo que estaba fuera de peligro, por los exámenes realizados no habría consecuencias a futuro, resultados de los que dudó hasta el último de sus días, además le dijo en voz muy baja: Mire señora ese carricito es bien valiente, no contamos con anestesia, le hice una pequeña prueba para ver si aguantaba el dolor, y le termine haciendo los siete puntos en carne viva, todo esto lo escuche a pesar de la distancia, gracias a que nací con un superpoder que descubrí desde chamo y que aún conservo, así me he enterado de cosas a lo largo de mi vida que pondrían en problemas a mas de uno.
El resultado de esta terrible experiencia tuvo sus consecuencias:Las enfermeras que me recibieron y atendieron cayeron fulminadas por mi encanto natural, repitiendo como mil veces que era igualito al hijo de Daniel Bonne!!! luego de este bochornoso momento, me tomaron siete puntos de sutura, que no deben haber quedado muy bien hechos ni bien atados porque el Doctor o internista? que me atendió temblaba de risa mientras le contaba las razones de mi accidente laboral, actitud que aún considero poco responsable y menos profesional de su parte dada la gravedad del caso. El internista o Doctor? nunca supe, se alejó unos metros de la camilla donde estaba sentado, llamó a Gilda le dijo que estaba fuera de peligro, por los exámenes realizados no habría consecuencias a futuro, resultados de los que dudó hasta el último de sus días, además le dijo en voz muy baja: Mire señora ese carricito es bien valiente, no contamos con anestesia, le hice una pequeña prueba para ver si aguantaba el dolor, y le termine haciendo los siete puntos en carne viva, todo esto lo escuche a pesar de la distancia, gracias a que nací con un superpoder que descubrí desde chamo y que aún conservo, así me he enterado de cosas a lo largo de mi vida que pondrían en problemas a mas de uno.
En mi caso, fobia a las aves en general, aun vigente, solo post mortem Frito o en salsa.
Apropiación y abastecimiento de los vecinos por las buenas o por las malas de las susodichas.
Desapariciones sin explicación en las que solo quedaba el plumero, posiblemente abducidas.
Imposible viabilidad en la iniciativa para el mercado avícola.
Creación inmediata de un nuevo negocio, este si!!! Cabezas de Cochino en salmuera
Y el punto final, nuevamente Gilda saco su mascara que no tuvo necesidad de desempolvar...