Diana

Nuestra casa tenía un amplio terreno de tres niveles con tupida vegetación, árboles, frutales, bambú y plantas ornamentales cultivadas por mis padres que aún conservo varias de ellas, era frecuente la llegada de hermosos pájaros, gatos que se encargaban de los roedores y mantenían limpio el lugar para nuestra suerte.

Dos Turpiales llegaron a casa en distintas fechas a comienzos del año 1967, a uno le llamamos Cuatri (por la cercanía del Cuatricentenario de Caracas) el otro Centenari@, le dimos cambur y no se alejaron más,  Divertidos, Hermosos, Escandalosos, Inteligentes  y hacían unos regueros con la comida y el agua impresionantes! por eso estaban siempre en el patio.

Ponerlos en cautiverio no fue un problema, lo aceptaron de buena manera,  les gustaba tener un sitio donde guarecer,  aprendieron a abrir las puertas de las jaulas y entraban y salían con total libertad,  le quitamos entonces las puertas, siempre regresaban al atardecer.

Un domingo por la tarde después de almuerzo, escuchamos  el canto de un Turpial, parecido al de Cuatri con ciertas variaciones, todos pensamos que sería el tercer inquilino, los pájaros estaban contentos! sacamos una de las enormes jaulas y la colocamos en el techo de la casa para que se acercara, paso rato y no sucedió nada, sólo un gato negro a lo lejos, seguimos esperando, nos volvimos a asomar, seguía el canto, esta vez exactamente igual sin variaciones, pero no había ningún Turpial? el felino ahora estaba encima de un árbol muy cerca de la jaula, lo siguiente nos dejó boquiabiertos, El "supuesto" gato se acercó a unos centímetros de la jaula, de cerca era más grande y fornido que un mizo y tenía la facultad de imitar el canto de Cuatri, afinamos la vista y si, en efecto el animal cantaba exactamente igual, se acercó a la jaula y con una pata comprobó que perdía su tiempo, mientras, el Turpial estaba como hipnotizado, un amigo de la casa Nelson Brea, de manera valiente le extendió su brazo al felino que bajó por él de manera natural, estábamos frente a una  experiencia increíble y un acertijo, este animalito que de lejos parecía  gato, imitador, olía a tigre, a lo lejos tenía los movimientos y el color negro parecido a una Pantera, ya de cerca era más que todo de un tono pardusco, además se mostraba dócil y juguetón, más que interesante verdad? 
Pues señores, se convirtió en mi mascota! y Gilda la bautizó Diana, por la Diosa de la Mitología Romana, Diana la Cazadora.

Jugábamos por horas con todo lo que encontraba, hacía saltos increíbles!! Un día en pleno juego, se quedó inmóvil, en posición de caza, yo seguí jugando, la llame y seguía igual, congelada como una foto, solo se volteo lentamente para mirarme con un claro mensaje: no te muevas, a pocos metros escuché unas hojas secas, voltee y era una rata enorme que se dirigía lentamente hacia nosotros, Diana emitía chillidos de rata, esta se confió acercándose mucho, en segundos Diana brincó sobre ella, montó su pata delantera derecha en el lomo, la izquierda en la cabeza y con un mordisco  torció ligeramente el cuello! muerte inmediata, cacería perfecta, se separó de la presa y confirmó con sus patas que estaba muerta, la tomó en su hocico, caminó hacia la maleza pasando a mi lado gruñendo grrrrrrrrrrrrrrrrrr  ahora era yo el congelado, impresionado, no lo podía creer, paso de un lindo gatito juguetón  a un animal  Salvaje en segundos!

Apareció al día siguiente después de su festín, venía a lamerme y hacerme cariños luego de comerse la rata... nooo no no, cambió la relación inevitablemente, a raíz de ese suceso no le tome miedo, pero a partir de ahora, respeto y cautela, juntos pero no revueltos.

Mi hermana, intrigada comenzó a investigar sobre el animal, lo más fascinante sin duda era su facultad de imitar los sonidos que emiten otros animales, se fue a la Universidad Central de Venezuela donde estudiaba Psicología, con la ayuda de dos batidas de su hermosa cabellera negra, larga y lacia, dos pestañeos y una infalible sonrisa, mi pequeña y linda hermanita embrujó a un estudiante de Zoología que se trajo hipnotizado y babeante hasta la casa, (quedó  enamorado bajo un hechizo que duró años)  al entrar al largo pasillo de la entrada de nuestra casa, Diana estaba a menos de tres metros del muchacho que se quedó petrificado al verla, mientras gritaba de manera alarmante: -Eso es una Onza!! Cuidado!! Alerta!! Hay que donarla ya al Pinar! Es un animal salvaje!!- lo que faltó fue salir corriendo como los visitantes de la casa  de la serie los Monster!!

ya enterados (gracias al valiente joven que pasó a  pertenecer a la colección de admiradores de Guiomar) y a sugerencia de que no podíamos confiarnos, siendo de cuidado, peligrosa y de instintos salvajes, mi querida mascota se adaptó a un corto periodo de cautiverio, mi papá le hizo una jaula grande, ya formaba parte de la familia! y vivió por un tiempo con nosotros.

Le fascinaba asustar a mi hermano, captó que era el único que le tenía temor, en las mañanas mientras Nelson aun dormía se montaba encima del escaparate y se lanzaba en su pecho o en la espalda causándole gran sobresalto!  al final su travesura pasó a ser una gracia más sin consecuencias.

Escribo y me impresionó al recordarla, viendo fotos, noto "ahora" a un animal que intimida, su presencia, sus documentadas características, entre ellas la de ser una variedad de la especie que no es domesticable, la manera tan normal de sobrellevar esta situación en la familia es sin duda una circunstancia poco usual, Posiblemente sonará extraño, pero aprendí con esta Onza a disfrutar de cosas sencillas, ser observador, cauteloso, sigiloso, a tener mascota,  un amigo y a jugar con la sencillez de la vida.

La síntesis de su información científica es la siguiente:
La Onza o gato Cervantes (Puma yagouaroundi)
Amplia presencia en Latinoamérica.
Felino con apariencia de mustélido, familia de las Nutrias el Armiño y las Martas, cercanamente emparentado con el puma.
Tiene 38 cromosomas al igual que los gatos.
Hábitat frecuente en bosques, área cubiertas de vegetal.
Carnívoro, presas principales de menos de un kilos, pájaros, roedores.
De hábitos solitarios
Variado repertorio vocal con por lo menos unas 13 llamadas diferentes parecido a chirridos emitidos por pájaros  y roedores.
Dos fases de coloración, una fase grisácea, varía de ceniciento a marrón oscuro o casi negro y una fase marrón rojiza que varía a color leonado a marrón oliva.
gran agilidad, saltos de hasta dos metros para lograr atrapar sus presas
si no se le persigue pueden vivir en matorrales 

Ningún dato acerca de convivencia con humanos ni peligrosidad.

El 29 de Julio de 1967, Diana a partir de las 6 de la tarde, comenzó a moverse dentro de su jaula de manera extraña  y nerviosa, hacía círculos perfectos, iba de un lado a otro como nunca la habíamos visto, Mamá y yo salimos como a las 7.30 PM hacia la panadería Benedetti en la esquina de Amadores en la Pastora, media hora después y dentro del establecimiento  nos agarró el terremoto.

 Los animales tienen una sensibilidad particular para estos eventos, en medio de la tragedia asustada se escapó, esa noche llovió torrencialmente, toda la población que sobrevivió permaneció en las calles hasta el amanecer, no podíamos entrar a casa por precaución. Al tiempo regresó, enferma, muy débil, tosía, y maullaba como un gato, murió en un terreno lejano dentro de la casa, de esto me enteré mucho tiempo después, daba por hecho que en su huida se había adaptado nuevamente a su hábitat natural, fue mi mama que  llenándose de valor  me lo contó.

Mi Diana! 
Inolvidable!!

    Toro a Cardones la calle donde vivíamos del lado derecho          de Abastos Moreno al día siguiente del terremoto.

                             Mi hermana Guiomar Moctezuma

El estudiante de Zoología, desafortunadamente no recuerdo                                         su nombre.